domingo, 20 de julio de 2014

Mi Estadía en el Pueblo Aquel I

Soy bienvenido al casi desolado pueblo por los funestos y estremecedores maullidos de deformes gatos moribundos, tenían sus huesos hundidos y estrellados en una desembocadura, ¿Acaso seria alguna degeneración causada por la radiación que se diluye en el lugar? Es algo raro porque no hay ninguna planta o central nuclear en las cercanías ya que es un pueblo de aspecto muy viejo, empiezo a oír mas etéreamente los sonidos emitidos por las cuerdas vocales a fuerza de gargantas rasposas de gatos expuestos a la muerte, y no oigo mas sus letanías hasta adentrarme entre las calles que rodean las perfectas arquitecturas de catedrales con formas extrañas y boardillas de picos altos con ondulaciones derruidas y completamente oblicuas estructuras, de adoquines malogrados y empolvados bajo el manto de la capa velada de la luna inconforme e incompleta.


Me fascino al observar la catedral central, y ver que residía en su fachada un tejado gris y desvencijado, con decrépitos cimientos bordeando las nubes congeladas, replegadas sobre la aflora de acristalados vitrales antiquísimos y sus ilustraciones desgastadas y algunas ya desvanecidas del todo, recorriendo la arquitectónica torre que emanaba la catedral a su subyacente costado Este.


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